La renovación del aire interior es la mejor garantía para un ambiente interior saludable. Los sistemas de ventilación de viviendas deben cumplir conjuntamente tres funciones: la introducción de aire nuevo, la correcta circulación del aire dentro de la vivienda, y por último, la evacuación del aire usado hacia el exterior. Aunque existe la creencia de la necesidad de ventilación mediante la apertura de las ventanas de la vivienda, no es del todo correcta, la ventilación se ha de garantizar con sistemas permanentes, aun con las ventanas cerradas.
La atmósfera de una vivienda debe renovarse para asegurar a sus ocupantes las adecuadas condiciones de higiene y confort del aire. El hombre necesita un suministro de aire fresco, ya que al respirar desprende una cantidad de anhídrido carbónico, vapor de agua y olores; por otra parte, la vivienda concentra gases naturales que ascienden del subsuelo o son emanados por los materiales de construccion como es el gas Radon, la cocina y los aparatos sanitarios también desprenden vapor y olores que deben ser evacuados.
Además, el caudal de aire debe situarse dentro de ciertos límites. En toda época, no debe descender por debajo del valor mínimo necesario para la extracción de los contaminantes generados por los habitantes y los aparatos. En invierno, el caudal no debe ser excesivo para evitar demasiadas pérdidas de energía y el enfriamiento por ventilación. Por consiguiente, el ideal consiste en garantizar la continuidad un caudal mínimo en función de las necesidades básicas.
En el caso de periodos o regiones calurosas, la renovación es un mecanismo muy eficaz (a veces el único) para expulsar el calor y el vapor de agua del interior de los edificios, para que el aire interior sea más fresco y seco que el aire exterior. Además, una renovación enérgica aumenta la velocidad del aire o ventilación, acelerando el enfriamiento de los ocupantes por convección y evaporación de la transpiración, al tiempo que favorece la creación de una sensación subjetiva de frescor.
Evaluación de la necesidad de renovación
Diferentes normas recomiendan un suministro mínimo de aire:
1. 25 m³/h por persona en edificios residenciales (ASHRAE)
2. 1 Ren/h de las habitaciones principales (NF).
3. 18 m³/h por persona en dormitorios (nuevo CTE español)