Lo más próximo a nuestro organismo (aparte de la ropa) que encontraremos en nuestra casa son las pinturas y barnices. Estas sustancias cubren casi todo elemento constructivo y mobiliario de nuestro hogar. Es importante seleccionar bien este producto o material ya que estará en contacto directo con el aire que respiraremos a lo largo de muchos años.
Las pinturas se forman mezclando un pigmento (la sustancia que proporciona el color) con un aglutinante que hace de medio fluido y que se solidifica al oxidarse al contacto con el aire o al evaporándose su secante.
Las pinturas sintéticas o convencionales utilizan resinas naturales modificadas, que tras una larga elaboración son muy diferentes a las resinas naturales y actúan de forma diferente. Se utilizan a menudo sustancias peligrosas para bajar el coste de la pintura, por ejemplo copolimeros estirenados que permiten unas concentraciones más altas de pigmento manteniendo su cohesión. O para aumentar su transpirabilidad olvidando que el estireno se obtiene a partir del benceno, siendo conocidos sus efectos cancerígenos.
Componentes de las pinturas ecológicas
Se fabrican en base a productos de origen natural, de fuentes renovables, biodegradables y sin emanaciones tóxicas.
Tienen su origen en minerales y vegetales. Se utilizan raíces, hojas, cortezas y fibras de diversas plantas para obtener aceites, resinas y tintas que luego pasarán a formar parte de materias primas en la fabricación de la pintura. Los minerales utilizados son abundantes en la naturaleza, entre los que se pueden destacar las tierras, óxidos de hierro o talco.