Es un gas generado por todo ser orgánico, incluso los humanos producen un poco de formaldehído, concretamente el formaldehído es un alcohol metilico oxidado que emana de todo tipo de madera muerta, natural o reciclada, fardos de paja, leña, carbón, tabaco, tarima, etc, es generado por aquellos compuestos en estado de fermentación y oxidación. Más del 20% de la población europea está expuesta, en interiores, a niveles que superan el nivel de efectos adversos no observados (NOAEL) (Axel Singhofen)
El formaldehído es un compuesto orgánico volátil que está presente en centenares de productos y en prácticamente cualquier ámbito del hogar. La exposición en interiores al Formaldehído es preocupante a partir de 1 µg/m3 (= nivel de base en áreas rurales), casi toda la población está expuesta en interiores a un nivel superior.
Es un compuesto químico irritante cuya exposición a nivel profesional está regulada, pero no así en nuestras casas. La exposición al formaldehído puede darse de dos formas. La primera, por contacto directo, como sucede mediante las prendas de ropa que lo contienen por difusión sobre nuestra piel. Algunas personas son sensibles al formaldehído y experimentan síntomas severos e irritaciones de la piel cuando se exponen a él.
El segundo tipo de exposición al formaldehído lo determinan materiales de construcción y mobiliario que lo contienen y que poco a poco va vaporizándose al interior de la vivienda durante años. Normalmente, la emisión es mayor cuando los materiales son nuevos, pero continua emitiéndose en dosis bajas durante períodos de 5 años o incluso más. La acumulación de formaldehído de los materiales se traduce en concentraciones en los interiores suficientemente elevadas como para provocar diferentes síntomas de irritación o problemas respiratorios, sobretodo en personas sensibles. La exposición a bajas concentraciones de formaldehído prolongada en el tiempo también puede tener un efecto sensibilizante respecto otros alérgenos. Finalmente, cabe destacar que el formaldehído se considera un probable carcinógeno humano. Sin duda, motivos suficientes para ser cautos.
Fuentes de formaldehído en nuestras casas
A continuación se detallan las fuentes más destacables de formaldehído en en el interior de las viviendas.
Aislamiento y materiales de construcción. El aislamiento de espuma de urea-formaldehído (UFFI, en sus siglas en inglés) fue utilizado de manera extensa en la década de 1970 como aislante de paredes en viviendas, actuando como material de relleno en cámaras de aire. El formaldehído se vaporiza, o vaporizaba, desde el aislante al interior de las viviendas, originando niveles elevados de formaldehído en el interior. Actualmente, el uso de UFFI como aislante en viviendas es muy raro, pero se puede hallar en edificios viejos.
Otros materiales con una alta emisión de formaldehído son los paneles de fibras empleados en la realización de paredes y techos, que veremos más adelante. Para las impermeabilizaciones y sellados se utilizan adhesivos, masillas y selladoras que de incluir resinas de UF emiten niveles muy elevados de formaldehído las primeras horas o días tras su aplicación, e incluso más tarde durante meses o años.
Mobiliario y productos de madera prensada.Los productos de madera prensada son tableros de conglomerado, tableros de partículas, contrachapados o tableros de DM. Normalmente el adhesivo o aglomerante que une las fibras o chapas de madera se compone de resinas de urea-formaldehído (UF).
La madera prensada está presente en mobiliario, armarios de cocina, soleras y falsos techos. Su uso como sustituto de la madera natural es muy habitual sobretodo porque resulta más económico. Las resinas pueden ser entre un 6 y un 8 % del peso del tablero, y emiten el formaldehído que no forma parte de la resina, pero que ha quedado como residuo en el proceso de fabricación, ya que se aplica en exceso para posibilitar la reacción con los otros componentes. Todos estos productos, pues, emiten pequeñas cantidades de formaldehído durante años, y sobretodo cuanto más nuevo es el producto. Las emisiones pueden reducirse a la mitad durante los primeros ocho o nueve meses, tras los cuales el proceso se ralentiza, pero no deja de emitir hasta pasado mucho tiempo (de 5 a 10 años). En todo caso, la madera prensada es el material de una vivienda que más formaldehído puede llegar a emitir al interior.
Pinturas, pigmentos, y barnices de acabado para la madera. Los muebles de madera suelen recibir algún tratamiento para su protección o por motivos decorativos. Existen pinturas y tratamientos plásticos basados en las resinas de urea-formaldehído. En la utilización de pinturas al agua también se produce la emisión de formaldehído y otros compuestos volátiles.
Revestimientos plásticos. Los materiales plásticos como papeles de pared vinílicos o baldosas vinílicas pueden contener resinas de urea-formaldehído en su superficie, que emitirán cantidades significativas del compuesto sobretodo los primeros meses.
Moquetas y alfombras de fibras sintéticas. El formaldehído se aplica como acabado en este tipo de productos textiles de uso muy intensivo, para hacerlos resistentes a las manchas. También puede estar presente en la espuma plástica antideslizante de la parte inferior o en las colas adhesivas necesarias para fijar la moqueta.
Tejidos. En la mayor parte de la ropa del hogar, desde tapicerías y colchones a ropa de cama o toallas. El acabado de resina de formaldehído se aplica como conservante y generalmente para hacer más sencillo el cuidado de las prendas, por ejemplo, para evitar arrugas o manchas. Aunque generalmente todos los tejidos sintéticos o mezclados incluyen un tratamiento de formaldehído, hay que añadir que también se aplica en tejidos totalmente elaborados con fibras naturales. El formaldehído presente en los tejidos se va vaporizando y lo vamos inhalando, y a la vez está en contacto directo con nuestra piel. En algunas personas provoca irritación cutánea.
Ambientadores. Estos productos basan su funcionamiento en la emisión de compuestos volátiles y fragancias sintéticas que cubren los olores existentes con otros más intensos o que interfieren con nuestros receptores de los órganos del olfato. El formaldehído puede ser uno de ellos.
Productos de papel. El papel que lleva un tratamiento de formaldehído se usa en aquellos productos que deben tener una cierta resistencia a la humedad, como sucede con pañuelos y servilletas de papel o con el papel higiénico. En este caso la exposición se produciría por inhalación y por contacto directo al utilizar los mencionados productos.
Productos de cosmética e higiene personal. Por ejemplo, en desodorantes, geles y lacas para el cabello, pasta de dientes, champús anticaspa, maquillaje, o esmaltes y quitaesmaltes de uñas.
Productos de limpieza. El formaldehído puede ser un ingrediente de algunos jabones, detergentes y sobretodo en desinfectantes.
Limpieza en seco. El formaldehído es uno de los disolvente que se utiliza en el proceso de limpieza en seco de los servicios de tintorerías, de modo que las prendas emiten pequeñas cantidades del compuesto días después de su tratamiento de lavado en seco.
Combustiones. El formaldehído es un subproducto de cualquier combustión. Se puede formar en pequeñas cantidades en la combustión de calderas y cocinas de gas, y está presente en el humo de la combustión de la leña y en el del tabaco.