Excepto las gredas, casi todas las tierras sirven para hacer tapia, pues abunda la tierra viva y de mucho grano, que tiene arcilla y arena -sin demasía-, y gravilla; estas tierras, que al picarlas hacen terrones, desprovistas de materias orgánicas y mezcladas con garrofa (escombros de otras construcciones machacados), son las que se emplean para tapiar.

Preparación.-

A las tierras procedentes de zanjas y vaciado de sótanos, quitándoles las piedras de tamaño excesiva, dejando sólo la gravilla, se añade el garrofa y se humedece ligeramente la mezcla, sin que llegue a hacerse barro al amasada; estará bastante trabajada y lista para emplearse cuando, tomando un puñado de tierra y dejándola caer, conserva la forma dada par la mana sin desmarañarse.
En las construcciones rurales, a cuando escasea la garrofa, se hacen las mismas operaciones con tierra franca –una tercera parte-, arcilla y arena.

Ejecución de la fábrica.-

El tapial se construye siempre sobre un zócalo de otra fábrica, que le protege de la humedad (generalmente mampostería de cal grasa y arena). Sobre este zócalo se montan los moldes (tableras o tapiales), siendo la separación entre los tableros el espesor que va a tener el muro.
En el zócalo y en la cara que descansa el tapial se dejan unas piedras salientes que hacen de tochos y evitan el resbalamiento de la tapia.
Los operarios que intervienen en la ejecución del tapial son cinco por tablero: dos apisanadores, un amasador y dos peones. El amasador suministra la tierra en espuertas, tirándolas a los apisonadores que están dentro del molde, y éstas extienden la primera capa de tierra de 8 a 10 cm. de espesor, apisonándola. Simultáneamente, en esta tongada se pone costra al tapial y se apisona a la vez que la tierra, repitiendo esta operación hasta llegar a las 8 ó 10 tongadas que suele tener un hilo de la tapia.
Al llegar a las últimas tongadas se introducen los codales y sobre ellas se echan y apisonan las últimas capas; estos codales se sacan una vez terminado el apoyo a los tableros para construir el hilo inmediatamente superior.
Cuando se ha llenado toda la altura del molde, se desmonta éste y se vuelve a armar en la misma hilada para construir ésta.
La operación del apisonado es muy importante, y de él depende en gran parte la resistencia y duración de la tapia; por eso, esta operación la realizan oficiales prácticos que, al mismo tiempo que la ejecutan, ven lo que pide la tapia, y si va o no falta de hueso (canto y garrofa),
El apisonado debe hacerse llevando el pisón vertical, con su canto inferior normal al tablero y levantándolo de manera que la vara dé en la oreja.
El sonido del pisón debe ser claro y percibirse desde bastante distancia; cuando la mezcla no está bien hecha o el apisonado no se ejecuta bien, es el ruido del pisón quien primero lo delata.
El calicastro o costra que se pone al tapial es una mezcla de arena (tres partes) y cal (una parte) en el mismo estado de humedad que la tierra; esta mezcla se extiende a lo largo de los tableros y arrimada a ellos. Si se observa la sección de un muro de tapial, por la forma que en ésta toma la costra pueden distinguirse perfectamente las tongadas.
La altura corriente de los hilos de tapial es de 80-85 cm.; no se dan mayores alturas por resultar incómodo el trabajo dentro de los moldes. El espesor mínimo de esta fábrica es de 45 cm., el más corriente, 50 cm. Las juntas de los bloques no suelen llevar ningún elemento de enlace; en los pueblos suelen hacerse con yeso y redondeándolas en su parte inferior (fraileros).

tapial102Brencas.-

En el tapial, las jambas de los huecos se hacen de mampostería con mortero de yeso (brencas), y se construyen al mismo tiempo que el hilo de la tapia a que pertenecen. Las brencas protegen el tapial y sirven de apoyo a los cargaderos.
También se hacen de mampostería las esquinas y encuentros de muros, pues si se facilita la traba de las tapias y se protege la fábrica de roces y golpes. Aunque lo más corriente es hacer de mampostería las soleras de apoyo de las viguetas o muros de piso, con frecuencia se hacen de hormigón, de madera o con dos o tres hiladas de ladrillo a modo de verdugadas.

Revestimientos.-

Cuando se trata de fachadas o muros exteriores, se maestrean con cal (una parte) y arena (tres partes), enluciéndose luego con cal y arena más finas, y llevando, por último, una pintura a base de cal. También se suele usar el yeso en vez de la cal para el maestreado, enluciéndose con yeso, y luego la pintura.
En las construcciones rurales y de poca importancia se da directamente sobre la costra o tierra (según sea o no calicastro) una lechada de cal. Cuando se trata de muros interiores, se hace un maestreado de yeso y arena, enlucido de yeso y pintura; si las tapias están bien lisas solo se hace el enlucido.
Los revestimientos deben hacerse cuando las tapias están bien secas; esto se conoce por el aspecto blanquecino que toma la costra al cabo de 8 o 10 días.

Rapidez en su ejecución.-

Suponiendo una cuadrilla trabajando en hilo corrido en una planta baja y con espesor de 50 cm., construyen un tablero por hora, siendo, por tanto, el rendimiento diario 8 x 1,50 x 0,85 x 0,50 = 4,76 m.3.

Imagen: Haus Rath, el edificio más alto de tierra apisonada en Alemania construido en 1828.

Duración y resistencia.-

Podrían citarse numerosos ejemplos de obras construidas a base de tapial, y que ponen de manifiesto su duración y resistencia. La torre de la iglesia de San Juan Bautista, derribada hace unos años; era de sillería la mitad superior y de tapia la inferior.
, .. Las plazas de toros de Quintanar de la Orden y Tembleque (Toledo), Belmonte y Pozo Rubio (Cuenca), Tarazana de la Mancha y Munera (Albacete) eran de tapial y en ellas se congregaban 6.000-8.000 personas.
En la actualidad se construyen en Albacete casas de tres y cuatro plantas con muros de carga de tapial.

Los ensayos realizados en el Laboratorio Central de la Escuela de Ingenieros de Caminos han dado el siguiente resultado, como carga de rotura a compresión:
Tapial con costra y garrofa........14,4 kg/cm.2
Tapial de tierra sola................14,2 kg/cm.2

Bibliografia:

V. Témes y R. Barrios Arquitectos. La construcción del tapial en la provincia de Albacete. Arquitectura, núm. 75, noviembre de 1933