Nuestros diseños de bioarquitectura nacen desde sus cimientos con una característica importante, la de utilizar poco o evitar al máximo el hormigón de cemento y sus prefabricados. Lo hacemos principalmente por la salud de nuestros clientes, por la salud del hábitat en la que vivirán muchos años, y que en estas lineas explicamos.

 

El principal foco del radiactivo gas Radón domestico (en la inmensa mayoría de los casos) es el terreno, pero el SEGUNDO foco de Radón domestico son los materiales utilizados en la construcción de las viviendas, especialmente los cementos realizados con escorias de la industria metalúrgica y algunos yesos artificiales (fosfoyesos). Las escorias de horno de fundicion y las cenizas volantes de las centrales son algunos de los aditivos mas utilizados en la fabricacion de cementos grises y blancos. La contribución de los materiales de construcción, salvo situaciones excepcionales, puede cifrarse en una cuantía del orden del 20% al 30% del total de radón presente en una habitación.

Los diferentes isótopos radiactivos presentes en los materiales de construcción no tienen comportamientos iguales a la hora de aportar gas Radón al aire interior de la vivienda. Las arcillas no suponen tanta peligrosidad por su baja permeabilidad, aun portando un número de isótopos moderado en su composición.

El problema del radiactivo gas radón domestico se incrementa con los programas de ahorro energético que aumentan el aislamiento y no aumentan paralelamente la ventilación de las viviendas. Por estos motivos prescindimos al máximo de los hormigones en nuestras viviendas.

Somos conscientes de que diseñar viviendas súper-aisladas tiene adosado esta problemática del gas Radón domestico que no podemos olvidar.