Resonancia Schumann es un conjunto de picos en la banda de frecuencia extra baja (ELF) del espectro radioeléctrico natural que tiene el planeta Tierra. Es importante, como principio de precaución, no adulterar esta frecuencia sobre la cual se ha desarrollado nuestra evolución como especie, nuestro ADN, nuestra biología celular, nuestra glándula pineal del hipotálamo, etc. Muchos problemas cardiacos son debidos a este hecho.

Esta resonancia se da porque el espacio entre la superficie terrestre y la ionosfera actúa como una antena direccional de ondas. Las dimensiones limitadas terrestres provocan que esta antena direccional natural de ondas actúe como cavidad resonante para las ondas electromagnéticas en la banda ELF. La cavidad es excitada en forma natural por los relámpagos que se dan en las tormentas, que se dan son cerca de 1000 relámpagos en cualquier momento en todo el mundo. Generando ondas en varias frecuencias, entre 6 y 50 ciclos por segundo, específicamente 7.8, 14, 20, 26, 33, 39 y 45 Hertz, con una variación diaria alrededor de +/- 0.5 Hertz.

Frecuencia adulterada por electricidad artificial

Pero también es excitada, dado que su séptimo sobretono se ubica aproximadamente en 50/60 Hz, por las redes de transporte y transmisión eléctrica alterna artificial que los humanos emplean en su corriente y que es de esa misma frecuencia.
La frecuencia más baja, y al mismo tiempo la intensidad más alta, de la resonancia de Schumann se sitúa en aproximadamente 7,83 Hz. Los sobretonos detectables se extienden hasta el rango de kilohercios.
Estas ondas se llaman así en honor del profesor Winfried Otto Schumann, que predijo matemáticamente su existencia en 1952. El profesor Schumann estudio estas ondas junto a su alumno Herbert König, quien fuera más tarde yerno del célebre Dr. Ernest Hartmann y posteriormente sucesor del profesor.

El Dr. König, a través de muchas mediciones, determino que el valor de 7,8 Hertz es la frecuencia del hipotálamo y es la única frecuencia común en todos los mamíferos, incluyendo el hombre. Mientras el ritmo Alfa varía de una persona a otra y es de aproximadamente 9, 10, 11 Hertz, la frecuencia de 7,8 Hertz es común a todos, es una constante biológica que funciona como un marcapasos para nuestro organismo. SIN ESA FRECUENCIA LA VIDA HUMANA NO ES POSIBLE.