La madera, como material de construcción, es uno de los recursos más naturales y estéticos que se conoce. La edad de cada árbol, su especie arbórea, el clima en el que ha crecido, el tipo de terreno en el que ha estado plantado, confieren a cada tronco, un veteado, un color y textura propios. Así cada elemento de madera es una pieza única que tras una elaboración convierte a cada puerta, ventana, estructura, mueble o pavimento de madera, en una obra de arte única.
Presentamos parte de nuestro articulo publicado en la revista Ecohabitar:
No debemos traicionar la nobleza de la madera buscando resultados estéticos poco naturales en los brazos de una industria que desarrolla vulgares imitaciones de madera con materiales plásticos o en la industria del transformado y "maquillado" de la madera. El color de la madera natural, su olor, su tacto, su brillo permiten diseños arquitectónicos únicos y provocan unas agradables sensaciones en el consumidor final que otros materiales no son capaces de lograr.
Deberíamos, los profesionales, orientar a los consumidores en general de las características de la madera natural, mas bien por ser un material básico para las estructuras realizadas en nuestras casas bioconstruidas.
La madera es un material de construcción muy resistente en dirección longitudinal, más que el hormigón en todos los sentidos y más que el acero en sentido axial. Sabemos que su resistencia varía en función de la especie y la humedad, logrando una resistencia de flexión muy elevada por lo que es perfecta para vigas, viguetas, pares de cubierta, etc. La madera es muy resistente a la fatiga y es un material deformable por lo que el cálculo de su sección debe basarse en su deformación y no en su resistencia a la rotura.
La madera también es un material poroso, combustible, higroscópico y deformable por los cambios de humedad ambiental, sufre alteraciones químicas por efectos del sol, y es atacable por mohos, insectos y otros seres vivos. La madera absorbe o cede humedad al aire que la circunda en función de la humedad ambiental y la temperatura, tendiendo siempre al equilibrio (humedad de equilibrio higroscópico). Esta continua tendencia al equilibrio, asegura la regulación de humedad en el interior de las estructuras de madera. La hinchazón y merma de la madera debida a la absorción y cesión de agua, es un aspecto que se tiene en cuenta en el cálculo de la estructura, por lo que no supone ninguna desventaja constructiva frente a otros materiales.La madera "maquillada" que no tiene defectos es como un maniquí que se ve en los escaparates comerciales, un elemento sin gracia. En cambio la madera natural se asemeja a la belleza de Marilin Monroe, que no seria tal sin su característico lunar en la mejilla izquierda.
En consecuencia, es un material resistente y duradero pero propenso a cambios o anomalías en su anatomía física, y por ello existe una norma que regula la clasificación visual de la madera de coniferas para ser utilizada en estructuras, es la norma UNE 56544.
Esta norma admite y regula las diferentes anomalías o singularidades ligadas a la anatomía de la madera aserrada maciza natural como, nudos, bolsas de resina, entrecasco, fendas, desviación de la fibra, madera de reacción y juvenil, anillos de crecimiento. También regula las singularidades ligadas al aserrado de las piezas como las gemas y la médula, o las alteraciones de tipo biológico que pueda presentar la madera como las alteraciones por hongos (azulado, pasmo, pudriciones, etc.) y las alteraciones por plantas parásitas (muérdago) o por insectos xilófagos.